Tessa Khan: “El litigio es una herramienta poderosa en la crisis ambiental” | Vida y estilo

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UNAEn momentos clave de la historia, los tribunales de todo el mundo han ayudado a acelerar el cambio social: han defendido las demandas de quienes luchan por poner fin a la esclavitud, la segregación racial y la desigualdad de género. Por tanto, no es de extrañar que estén llamados a ayudar a resolver la mayor crisis social y medioambiental de nuestro tiempo: la emergencia climática.

El caso contra el gobierno de los Países Bajos es un poderoso ejemplo de lo que pueden lograr las disputas climáticas. En 2015, el Tribunal de Distrito de La Haya emitió una decisión innovadora en respuesta a una demanda presentada por la Fundación Urgenda y 886 ciudadanos holandeses, argumentando que el gobierno no estaba reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero con la suficiente rapidez. El tribunal reconoció que las acciones del gobierno eran ilegales y le ordenó reducir las emisiones de los Países Bajos para 2020. Esta decisión fue confirmada por un tribunal de apelaciones y, en última instancia, por el Tribunal Supremo de los Países Bajos en 2019.

Es difícil exagerar el impacto: en respuesta, el gobierno ha tomado grandes medidas para reducir las emisiones, incluido el cierre o la reducción drástica de la capacidad de las centrales eléctricas de carbón y la supervisión de 3000 millones de euros de Inversión baja en carbono. La primera sentencia también provocó un debate público que condujo a una nueva ley de cambio climático. Pero el valor del litigio fue igualmente claro en la silenciosa y abarrotada sala de audiencias de La Haya. La gente esperaba que el tribunal más alto de la nación validara lo que instintivamente sabían que era cierto: que los gobiernos no pueden conocer los riesgos del cambio climático y deliberadamente ignorarlos.

El caso Urgenda inspiró a comunidades y organizaciones de todo el mundo a exigir responsabilidades legales a los gobiernos y a los grandes contaminadores por su contribución a la crisis climática. Desde Filipinas hasta Canadá y Colombia, la gente busca la responsabilidad de décadas de promesas incumplidas. Los gobiernos firmaron un tratado internacional para combatir el cambio climático hace casi 30 años, y las empresas de combustibles fósiles saben que, al menos desde la década de 1970, el producto que venden conduce directamente al calentamiento global. El mes pasado respaldamos un caso histórico que impugnaba el inadecuado plan de reducción de emisiones del gobierno irlandés, que llevó a la Corte Suprema a pedirle al gobierno que creara uno nuevo y más ambicioso.

Las demandas no son una panacea. Se necesita una gran vigilancia y presión públicas para garantizar que los juicios se traduzcan en un cambio real. Pero el litigio es una de las herramientas más poderosas que tenemos para reclamar nuestros derechos y aclarar los problemas, y lo que está en juego nunca ha sido tan grande.

Tessa Khan es abogada especializada en cambio climático, codirectora de Climate Litigation Network y miembro del equipo legal de Urgenda.

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