Wilkie Branson: Revisión de TOM - Un sublime estudio de aislamiento de combustión lenta | Paso
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Originalmente concebido como una instalación cinematográfica y ahora reelaborado para una sola pantalla, TOM de Wilkie Branson es un trabajo ambicioso, técnicamente realizado y emocionalmente poderoso.
También es una evocación de una intensa soledad, que podría estar demasiado cerca del hueso para algunos en este período de aislamiento. El intérprete-director Branson encarna a un hombre perdido en el entumecimiento, en busca de su sentido de sí mismo, y este estado de ánimo te atrapa gradualmente. Lo vemos mirando desde una ladera escarpada, luego hacia un vagón de tren, donde todos los pasajeros son versiones de sí mismo, con ropa diferente pero la misma máscara impenetrable de desprendimiento. Llega a una ciudad vagamente distópica y realiza movimientos de b-boy frente a una audiencia anónima en un gran edificio industrial.
La película está hecha con una mezcla de métodos digitales y analógicos, para un efecto perturbador. Dos años de fabricación (que equivale a 130 horas-hombre por minuto de película), TOM se creó utilizando principalmente modelos de decoración hechos a mano que se escanearon mediante fotogrametría, con Branson filmado contra una pantalla verde en su garaje.

La danza se usa, con moderación, como una textura entre muchas. Al igual que la luz parpadeante, las marcas de lápiz rayadas y los colores drenados, es otra forma de desplazarse entre diferentes planos de la realidad. Pero cada aspecto de la película está cuidadosamente coreografiado y hay una sensación constante de movimiento: trenes, personas o la cámara moviéndose en un movimiento hipnótico, y el creciente impulso de la partitura electrónica de Benji Bower.
TOM es un retrato onírico de un hombre devastado, o más precisamente vaciado, por la depresión. Es un caparazón y, sin embargo, su vida interior impregna su entorno. Branson está inspirado en el cine (granulado, drama fantástico, incluso películas de desastres), pero su capacidad para construir un viaje emocional sin guión, o más bien como intriga o acción, es un arte aprendido en la danza.
Puede imaginarse que una instalación tan inmersiva, la construcción lenta de TOM y la nota final de esperanza serían consumidoras, y no un poco devastadoras, pero se destacan en esta encarnación alternativa como una película conmovedora y muy original.
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