Podemos contar los edificios muertos y devastados en Ucrania, pero las bombas de Putin también llueven terror emocional | Olha Zaïarna
En Kiev, el silencio de otra tarde de verano se rompe con el sonido fuerte y estridente de una advertencia de ataque aéreo. La aplicación de alertas de nuestro celular envía una advertencia para cubrirnos, y los canales de Telegram nos informan que el sistema de defensa aérea está funcionando, por lo que debemos tener cuidado.
Desde el comienzo de la invasión a gran escala de Rusia, el pueblo ucraniano ha vivido en un estado de vigilancia constante, adaptando sus vidas a la falta de sueño y las consecuencias psicológicas del terror desde arriba.
El caos dentro de Rusia en los últimos días hace que la cuestión del futuro de Ucrania sea aún más importante. Sí, ha habido muchas historias de resiliencia y cooperación ucraniana frente al desastre. Pero esta fea guerra nos ha causado grandes pérdidas, desgarrando el tejido social. Muchas personas han experimentado eventos traumáticos y sufren de PTSD. Las estructuras familiares patriarcales tradicionales se han modificado de manera inesperada e irrevocable, y las mujeres y los hombres han adoptado nuevos roles sociales. El desplazamiento de comunidades ha roto muchos lazos sociales preexistentes, imposibilitando muchas actividades profesionales, sociales y familiares. Los problemas de reintegración en torno a la vivienda y los servicios han aumentado las tensiones y socavado la cohesión social.
Ahora se habla mucho sobre la reconstrucción y restauración de Ucrania, y la atención internacional se centra en el apoyo militar, la infraestructura física y la inversión privada. Pero no se trata solo de sanar heridas físicas, sino también psicológicas y emocionales. Las sociedades cohesionadas son más resistentes a los impactos, y la reconstrucción de puentes psicológicos es igualmente vital para resistir y superar la invasión rusa a largo plazo.
Un depósito de suministros administrado por voluntarios establecido para ayudar a los residentes inundados en Kherson, Ucrania, el 15 de junio de 2023. Fotografía: Alex Chan/SOPA Images/Shutterstock
Aquí es donde entran en juego las organizaciones de la sociedad civil (OSC). Una amplia red de organizaciones, en su mayoría pequeñas, mantiene unida a la sociedad ucraniana. Las OSC y las redes informales de voluntarios brindaron la primera línea de respuesta tanto para quienes permanecieron en sus comunidades como para quienes fueron desplazados. Las organizaciones de reducción de conflictos brindaron la segunda línea de ayuda, y la comunidad de mediación en general desarrolló enfoques locales combinados para unir los lazos sociales alterados y rotos que funcionaron en tiempos de paz.
Durante los últimos nueve años, la sociedad civil ucraniana ha adquirido una experiencia considerable en la integración de personas desplazadas en las comunidades de acogida y en la rehabilitación psicológica y física de los excombatientes. Se ha convertido en una experta en cooperación voluntaria rápida. Las autoridades estatales pueden organizar la logística de la ayuda humanitaria, por ejemplo, pero gran parte del conocimiento sobre cómo distribuirla de manera eficiente y justa pertenece a las ONG ucranianas. Están listos y motivados para ayudar.
Tomemos el ejemplo de la organización de mujeres Berehynia, con sede en Mariupol, que ha estado ayudando a las personas afectadas por la guerra desde 2015. Años de trabajo en el desarrollo de su enfoque ante situaciones peligrosas le han permitido salvar la vida de muchas personas evacuadas de la ciudad. bajo fuego. .
Hizo un plan de acción paso a paso para hacer frente a situaciones peligrosas y pudo evacuar a las personas de la forma más segura posible después de la invasión a gran escala. Ha desarrollado un mecanismo de coordinación rápida con las comunidades locales en otras regiones de Ucrania, los gobiernos locales y las comunidades en el extranjero, incluso en Polonia, donde se ha llevado a personas para residencia temporal. Salvó muchas vidas cuando Mariupol fue atacado.
La fortaleza de estas organizaciones radica en su conocimiento local, conexiones y legitimidad con las comunidades. Brindan no solo apoyo material, sino también apoyo social, psicológico y público, que no es menos necesario. Pero la escala del desplazamiento requiere una estrecha cooperación con los diferentes niveles de gobierno y la comunidad internacional.
Las reformas de descentralización en Ucrania desde 2014 han transferido el poder a las comunidades locales. Esto ha permitido que grupos como International Alert, donde trabajo, interactúen de manera más efectiva con las autoridades locales y las ONG y brinden recursos a las comunidades necesitadas. En conversaciones con representantes de la sociedad civil, a menudo escucho que este es un cambio positivo, incluso si aún no está completo.
Para aumentar el impacto y alinear cualquier apoyo con el plan de recuperación nacional de Ucrania, hacemos un llamado a la comunidad internacional para que se concentre en la reconstrucción de la infraestructura social de Ucrania, así como en la compensación por daños físicos. Esto significa garantizar que las OSC reciban pleno apoyo, recursos y fortalecimiento.
La recuperación y reconstrucción de la posguerra es una demanda central del pueblo ucraniano, un sueño que sigue a la victoria. Pero reconstruir la infraestructura social de Ucrania y apoyar a la sociedad civil es esencial para una recuperación sostenible a largo plazo.