Revisión de Cenicienta: el cuento de hadas del Royal Ballet es una brillante fiebre del azúcar | Bailar

Una nueva producción celebra el 75 aniversario de la Cenicienta de Frederick Ashton, rociando un poco de polvo mágico en lo que fue el primer ballet en tres actos de Gran Bretaña. Es una combinación del clasicismo del siglo XIX con el juego de pies deliciosamente juguetón y delicado de Ashton y la amplia comedia femenina de pantomima en la forma de las hermanas feas. Sigue siendo discutible si esta mezcla es completamente exitosa, al igual que si la historia tiene suficiente peso emocional para sostener tres actos, aunque este se calienta y mejora a medida que avanza.

En la noche del estreno, Marianela Núñez interpreta a Cinders, una chica que sonríe dichosa incluso cuando está atada, tan generosa y pura es ella. Cuando llega al baile, se convierte inmediatamente en bailarina: hace una entrada sensacional, un lento descenso en puntas por las escaleras, el tiempo suspendido. No hay un gran sentido del carácter hasta el final, en su tímida alegría al darse cuenta de que su vida está a punto de cambiar.

Las hermanastras de Cenicienta (Gary Avis y Luca Acri) son más infantiles que crueles, con una cantidad agotadora de tonterías y expresiones faciales en el primer acto, pero Avis muestra sobre todo una excelente sincronización cómica en el segundo. Hay tanta coreografía inteligente aquí, como la forma en que el príncipe (Vadim Muntagirov) siempre parece estar persiguiendo a Cenicienta, rodeándola en trucos encadenados, o las distintas variaciones para las hadas de las estaciones, aunque esta noche el verano no es lo suficientemente lánguido.

Facilidad real… Marianela Nuñez (Cenicienta) y Vadim Muntagirov (Príncipe) en Cenicienta.Facilidad real… Marianela Nuñez (Cenicienta) y Vadim Muntagirov (Príncipe) en Cenicienta. Fotografía: Tristram Kenton/The Guardian

Los diseños de Tom Pye hacen un buen uso de la proyección, con flores que brotan del techo. Les costumes d’Alexandra Byrne incluent un superbe costume chartreuse pour le maître de danse, et il y a un excellent travail dans le département de la coiffure, les hommes coiffés, les femmes avec des perruques qui ressemblent à des arcs géants faits de leurs propres pelo.

La orquesta suena fuerte, la partitura llena de dulce tensión y trasfondos conmovedores de una manera que el ballet en sí no es realmente. Pero donde la magia del ballet cobra vida es en la perfección del pas de deux de Núñez y Muntagirov, su naturalidad real, la increíble ligereza de los pies de Núñez, uno podría pensar que está bajo un hechizo. El baile transporta, este ballet encarna el escape de cuento de hadas que todos necesitamos a veces, diciéndonos que todo estará bien al final.

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